La misma pregunta

La mayoría de las personas que saben que soy asesora astrologica me hacen la misma pregunta, casi hasta con las mismas palabras: ¿cómo ves la situación de Venezuela? ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? entre otras muchas más.

Siempre me encuentro incomoda antes este tipo de preguntas y contesto lo poco que sé o lo que escucho de otros astrólogos. Me explico, mi incomodidad no se debe a mi falta de experiencia en la Astrología Mundial, sino a que en la Astrología Predictiva deben tomas en consideración muchísimas variables y además pienso y reflexiono mucho en lo que dice mi Maestro Gran Gúru: "astro inclinan mas no obligan"; es decir que los astros pueden "mostrar" una tendencia sin embargo somos nosotros los que con nuestro libre albedrío decidimos que es lo que va a suceder a continuación. Opino que la Astrología Predictiva nos ofrece información importante para tomar decisiones, no para conocer el desenlace de alguna situación,aunque si se puede conocer, pero esa es mi humilde opinión.

Pienso que saldremos de esta situación cuando todos los venezolanos, o una gran mayoría, estemos claros de que necesitamos un cambio, y que una parte se dé cuenta que no podemos imponerlo a la contra parte (aunque Plutón nos esté influenciando). De hecho todo se origino en la falta de alteridad que tenemos por nuestros compatriotas y eso es lo que debemos cambiar, propiciar la tolerancia y el respeto por el otro, indiferentemente de su tendencia ideológica. 

Como siempre digo, es más fácil decirlo que hacer y ese es el reto en el cual debemos navegar para ver tierra firme de nuevo.

A continuación, y cambiando radicalmente de tema, me gustaría compartir una reflexión que hice hace casi un año sobre la naturaleza. Ya saben, fue un toque de Musa que Mercurio me dio. Aquí lo tienen y espero que les guste:

Que maravillosa es…

Que maravillosa es la sensación de paz, libertad y tranquilidad que se obtiene de compartir un momento en compañía de la naturaleza, de la obra de la Madre Tierra. Que maravillosa sensación la de respirar aire fresco, limpio y puro, inflando los pulmones, el corazón, los órganos, el cerebro y todo el cuerpo de un alimento tan puro y delicioso, que además es gratis, que nos acerca más a nuestra esencia, a nuestro origen divino.

Que maravillosa es la sensación de paz y tranquilidad que deja un ambiente sin contaminación sónica, libre de ruidos artificiales, de música a todo volumen, del trafico y de la gente parloteando, esa sensación de silencio es maravillosa, esa paz te permite escuchar tu corazón latir dentro del pecho, señal inequívoca de que estamos vivos bajo el sol.

Que maravillosa la sensación de atemporalidad que los ciclos de la Madre Tierra nos regala. Maravilloso pasar un día precioso y soleado sin ver constantemente la hora o el celular para chequear el correo electrónico o las conversaciones.

Es sorprendente darse cuenta que hoy, en la actualidad, el ser humano moderno se encuentra más esclavizado que en la época de la esclavitud. Ciertamente, tenemos el poder de decidir y hemos decidido ser esclavos del tiempo, las horas del día no son suficientes y no nos da “tiempo” hacer tantas cosas importantes para nuestro ser y vivimos en un constante correr que solamente nos deja exhaustos.

Decidimos ser esclavos de las modas, y comprar el último modelo de celular ya que lo tiene todo el mundo en mí circulo de “amistades” y este aparato me permitirá ampliar la comunicación con las “amistades” que están lejos y que no vemos a menudo, olvidando casi por completo de comunicarnos con aquellos que vemos a diario en nuestras casa.

Somos esclavos también de la tecnología, ya que sin ella no somos nada ni nadie. Hoy en día nadie sabe o efectúa una operación matemática simple sin la ayuda de una “computadora o un procesador”; ni siquiera en la escuela se fomenta hoy el uso del cerebro para algo más que no sea el uso de la tecnología y de las redes sociales, otra de nuestras esclavizantes, ya que si no tienes facebook, twitter, gmail, etc. no existes y si no comentas nada, nadie sabrá que estás vivo.

Pareciera que somos esclavos también de nuestras propias obsesiones, de cualquiera de ellas, porque todo en exceso es dañino, desde el alcohol, las drogas y el sexo hasta el comer compulsivamente chocolate o tomar café. Vivimos con un alto nivel de estrés y de ansiedad la cual buscamos “canalizar” o más bien calmar refugiándonos en las obsesiones y dejamos de lado la ternura y el respeto para nosotros mismo y para los demás.

Además, vivimos en una sociedad que fomenta el consumismo, el comprar porque es la moda y no porque realmente sea necesario para sobrevivir, y el sexo, para lo cual usa todos los medios de comunicación existentes para venderlo hasta a los niños de inocencia perdida ya. Ambas, han abierto una gran brecha en el nivel de consciencia de la sociedad, amparados por la era que vivimos y que solo está destinada a ampliarse con el tránsito del planeta Neptuno en su signo regente, Piscis. Tan lejos y tan cerca de la vez, pero como todo es un proceso de evolución y de transmutación por el cual tenemos que pasar.

Por eso, que maravillosa es la sensación de paz y de tranquilidad de compartir con la naturaleza, sin duda alguna es una mágica oportunidad de sentirse y de ser verdaderamente libres en un ambiente amplio, fiel a nuestras emociones y a nuestros sentimientos. Abiertos y escuchando los hermosos murmullos de la naturaleza mostrando un acuarela de verde y azul que nos inunda los sentidos y nos llena de plenitud, alegría y satisfacción personal.

Por eso, pienso que no todo está perdido, la historia a demostrado ser cíclica, tal vez para llegar a nosotros mismo y ser de verdad libres tendremos que alejarnos de las ciudades y vivir en contacto con la naturaleza en una hermosa armonía.

Joanna